Aprende a reconocer si eres una persona conflictiva o no y cómo resolver tus problemas internos y con los que te rodean. |
¿Qué sería de la vida sin los conflictos? Desde que empieza nuestra rutina diaria se nos presentan problemas, algunos leves y otros más complicados, pero que de igual forma pueden generarse por situaciones internas o externas. Si no existieran los conflictos, tampoco lo hicieran las soluciones, y es que algunas veces nos puede llevar tiempo entender que los problemas son los principales desencadenantes del verdadero cambio.
Ciertamente, a todos nos gusta resolver dificultades, mas no a todos les resulta igual de sencillo hacerlo. Es posible que en este proceso influya la forma de ser, el ánimo, la voluntad, o su capacidad cognitiva y resolutiva, pero la verdad es que para ciertas personas, encontrar una solución a un problema puede llegar a ser algo bastante frustrante, que depende, por supuesto, del origen y la magnitud del incidente.
¿Qué tan dispuesto estás a resolver el conflicto?
Antes de pensar en cómo resolver el problema, debes prestar atención y fijarte si realmente existe el problema o no. Puede que te parezca un poco absurdo, pero pensar que hay un problema cuando realmente no lo hay es más común de lo que crees, y esto casi siempre tiene que ver con la proyección de las emociones a una situación externa. Si es difícil para ti enfocarte y ser objetivo en momentos de tensión, la PNL tiene una herramienta muy interesante, llamada Anclaje PNL, en la que podrás apoyarte para el control de tus impulsos emocionales y ver todo el panorama con calma.
Tipos de respuesta al conflicto
Si de hecho el conflicto es real, habrá tres maneras principales de hacer frente a él. Todo dependerá de los sistemas de representación y los metaprogramas de la PNL que predominen en tu proceso cognitivo y que dirigirán tu forma de interpretar el mensaje y tu respuesta. ¿Por qué la respuesta frente a un conflicto es importante? Hay circunstancias en las que las emociones no permiten llevar el problema a un punto positivo, sino todo lo contrario, y ser asertivo en momentos como estos es crucial.
La asertividad es un comportamiento que se encuentra en medio de la agresión y la evasión. Es la expresión coherente, directa y serena de las convicciones que tenga el individuo, y que no agrede ni somete la voluntad de otros. Su finalidad es la de comunicar los sentimientos de la mejor manera posible e inclinándose más a la objetividad que a los sentimientos. Entonces, conociendo esto, llegamos a la conclusión de que pueden darse tres tipos de respuesta: la asertiva, la agresiva y la evasiva.
- La respuesta asertiva es el equilibrio entre la evasión y la agresión. Es la mejor manera de expresar una opinión real sobre una situación determinada, pues no oculta ninguna razón o idea, y tampoco busca desprestigiar al interlocutor. Más bien, permite recibir opiniones contrarias, analizarlas y responder objetivamente a ello para llegar a una solución efectiva.
- La respuesta agresiva es aquella que intenta controlar y manipular a los demás a través de la intimidación o humillación. Tanto el lenguaje verbal como el no verbal tienen muchísimo que ver en la respuesta agresiva, y el propósito es buscar “soluciones” de manera rápida y cortante, sin pensar en algo a largo plazo, sino en terminar la discusión en ese instante.
- Por último, responder evasivamente es aceptar las decisiones que se tomen para resolver el conflicto, se esté de acuerdo o no. Dar una respuesta evasiva le indica a los demás que no quieres hacer el esfuerzo por llegar a una solución, o que no tienes la confianza para expresar las tus ideas.
El resentimiento: ¿de qué forma influye en el conflicto?
La sensación de conflicto se produce por vivir una situación injusta y, sea de origen interno o externo, ese problema estará relacionado a experiencias pasadas. Como es evidente, la respuesta dependerá del nivel de satisfacción de la resolución de ese o esos eventos anteriores.
La ira es un sentimiento natural que expresa inconformidad, y es justamente cuando no se expresa libremente que se convierte en resentimiento. El resentimiento o rencor es aún más dañino que la ira debido a que de alguna manera bloquea la intención de resolver el problema, algo que se genera con mucha frecuencia en las personas que dan respuestas evasivas o agresivas.
Consejos para resolver conflictos
Duda de tu juicio, pero no de tu instinto
¿No te ha pasado que alguien no te agrada a la primera impresión, pero luego de conocerla te parece una muy buena persona? A veces juzgar a los demás representa una limitante para pensar un poco más allá. Además la gente flexible y creativa tiende a encontrar soluciones fascinantes a sus problemas. Sin embargo, tampoco te dejes llevar por la inseguridad, ya que puede afectarte al punto de no manifestar tu forma de pensar.
Ponte en los zapatos de los demás
Al prestar mucha atención a la opinión contraria o conflictiva que expresa tu interlocutor, tienes la opción de cambiar de perspectiva para comprender de dónde vienen sus argumentos y por qué se comporta como lo hace. Si te mantienes con un pensamiento objetivo y no dejas que las emociones te controlen, comparar los dos puntos te ayudará a entender qué es lo mejor para la situación.
Hazte responsable de tus argumentos
Evita argumentar de forma general e identifícate cada vez que vayas a dar una opinión que te parezca importante. Cuando usas palabras que generalizan el problema y no aíslan la situación en ese preciso instante, es posible que no se tome con la misma seriedad o que no se perciba la firmeza que quieres denotar. Es importante que tengas en cuenta el no ofender a nadie. Defiende tu punto sin caer en calificativos negativos ni insinuaciones incómodas.
Escucha y pregunta
De nada sirve que expreses lo que estás pensando si no te molestas en escuchar las respuestas a tus ideas. Hay que prestar atención a cada palabra que se pronuncia y la manera en que se hace. Aquel que escucha, puede interpretar en totalidad la idea y, si tiene la razón, desarmar la tesis de la otra persona para así proceder a buscar una resolución en conjunto.
Las palabras adecuadas tienen mucho poder
Dar la razón cuando se debe dar es algo que no todo el mundo tiene la capacidad de hacer, y esto ocurre porque para muchos, dar la razón significa “perder” y por eso los conflictos no llegan a una etapa final. Decir “gracias”, “tienes razón”, “perdón” y “te quiero”, son frases que pueden eliminar cualquier obstáculo entre la comunicación de dos o más personas, si se usan en el momento correcto y con total sinceridad.
Todo problema tiene solución, y si tienes muchos problemas internos y con los demás, la PNL puede ayudarte a superarlos. |
¿Tienes muchos conflictos en tu vida? Esperamos que este artículo te haga reflexionar un poco sobre cómo actúas frente a los demás y qué esperas obtener ellos. Sigue aprendiendo con la PNL a comunicarte, a ser más abierto, a sanar las heridas internas y a mejorar como persona cada día. Para obtener información personalizada sobre los beneficios de la programación neurolingüística o si deseas planificar una cita para hablar de un problema específico, contáctanos a través del blog y las redes sociales. Esperamos por ti.
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